«Jimmy Connors saved my life»: un libro sobre el genial tenista

By on 13 octubre, 2014
foto portada jimmy connors libro

Portada del libro

Este fenomenal libro es la historia de dos chicos contada por Joel, uno de ellos. El otro, Jimmy Connors, llegó a ser el jugador más importante de su época y probablemente de la Historia del tenis. No el mejor, pero sí el que llevó a sus últimas consecuencias esa forma de combate nacida en la Inglaterra de finales del siglo XIX como deporte de caballeros.

Joel, el hijo pequeño de una familia de judíos liberales de Nueva York y tenista amateur, creció al tiempo que Jimmy, 8 años mayor, iba escalando hacia la cumbre del deporte, que conquistaría en 1974 al convertirse en número 1 del mundo. Con el transcurrir de los años, Joel llegó a tener en Jimmy un modelo a seguir, un modelo por el que sentía respeto y admiración, primero, y devoción después, un ejemplo de lucha y autosuperación que se convertiría en una de sus mayores influencias vitales. Pero no siempre fue así.

El joven Jimmy, que pronto empezaría a ser más conocido como Jimbo, fue educado por su madre en el convencimiento de que todos querían su piel, de que debía defenderse, en el deporte y en la vida, usando el odio como gasolina. Nadie sobre una pista de tenis odió como él. Criado por mujeres para conquistar a los hombres – como rezaría años más tarde uno de los más célebres artículos sobre su figura – el Elvis del tenis, el rebelde incombustible, el plebeyo que rompió los muros de un deporte patricio, encorsetado en sus propios clichés, y se lo ofreció en bandeja al gran público saciando el apetito de las masas, era no obstante un tipo sin clase. Arrogante, chulesco, dueño de un ego masivo, era el macarra que llegó a erigirse en enemigo público número 1 del tenis antes de cumplir los 30.

Y sin embargo, según la década de los 70 se aproximaba a su canto de cisne, algo cambió. Jimbo se casó y tuvo un hijo. Su temperamento, siempre indómito, se templó. Otro joven con la boca todavía más sucia y el carácter aún más broncas, llamado McEnroe, hizo su aparición en escena y favoreció la conversión de Jimbo Connors en preferido del público americano. Algo antes, de Suecia había llegado además la primera rockstar del tenis. Borg, el único gran jugador al que Connors no pudo odiar y sobre el que sin embargo acuñó su inmortal frase “I´ll follow that sonofabitch to the ends of the earth” ( “ Seguiré a ese hijoputa hasta los confines de la Tierra” ), le había arrebatado el cetro del tenis mundial en el verano de 1977. Borg y McEnroe compartían la cumbre del tenis mientras él quedaba atrás. Hacia 1980, pocos creían en Connors.

No así Joel. Connors retornó a la gloria en 1982 conquistando Wimbledon y el Open de Estados Unidos ( título este que repetiría el año siguiente ), y fue en ese tortuoso camino de regreso a la cima, en ese batallar incansable por recuperar el lugar que creía merecer, donde el autor de este libro interiorizó las enseñanzas de su ídolo que cambiarían su vida. Lecciones sobre la pasión, el esfuerzo, la determinación y el sufrimiento. Sobre cómo acercarse al abismo sin caer en él, sobre cómo transformar el pensamiento en acción. Esa voluntad de sobrevivir, ese compromiso con la lucha y esa tenacidad acorazada han sido, a la postre, la herencia mayor de Connors.

Joel y Jimmy Connors se conocieron una soleada tarde de enero de 1976. El primero tenía 16 años y el segundo ya era el jugador más importante del mundo. Coincidirían en muchas ocasiones a lo largo de los años. Una de ellas fue el campeonato que enfrentó a profesionales y amateurs en Pebble Beach, California, en 1996. Joel celebraba su 36 cumpleaños. Preguntado por Jimmy qué quería como regalo, le contestó que una tarjeta de invitación ( conocida como wild card en el mundillo tenístico ) para su próximo torneo. El veterano guerrero de las pistas declinó amablemente pero invitó a Joel a un perrito caliente. Jimbo, genio y figura.

 

Firma invitada: Óscar Blanco Aparicio

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