Lacoste L23 y L23 Light: Elegancia pensada para reactivar el confort

By on 4 enero, 2024

Texto:Goyo Ybort. Fotos de Alberto Simón, GYB. Colabora Espacio Herrería, AIT Tenis.

Se podría decir que con la llegada de la serie L23 la familia de raquetas Lacoste ha entrado en su sexta generación; eso sí, saltándonos la exclusiva serie limitada de la híbrida LT12 de la primavera de 2015.


La genialidad original del fundador de la marca, René Lacoste, le llevó a ser pionero en cuanto a la indumentaria adaptada al tenista con su polo, a la hora de patentar una máquina lanzapelotas (que fabricó Dunlop), de escribir el libro Tennis, de moldear la empuñadura de la raqueta para incrementar tacto, o de crear el sistema Accelero-Damper en busca de la mejor absorción y confort en la pegada, trabajando en la amortiguación desde la empuñadura con ese característico sistema visible en el tapón del puño.


La saga de raquetas de la firma del cocodrilo parte de aquella revolucionaria RL07 Lacoste Metal Racket (de principios de los 60 del siglo XX), paradójicamente de poco éxito hasta que fue adquirida por Wilson para rebautizarla como T-2000. Apenas veinte años después, llegó la familia de madera Control Wooden Racket. La tercera entrega vendría de la mano de las piezas de grafito, de cabeza deformada a las 3 y a las 9, LT 301 y LT 302 Equijet Racket, de finales de los años 80. La cuarta generación, ya en la década de los 90, tenía como principales referentes las LT345, LT340 y LT330, que combinaban grafito, fibra de vidrio y kevlar y que popularizaron el sistema de amortiguación Accelero-Damper.


Y la quinta familia, de sólo dos miembros, la constituyó la L20 y L20 L o versión ligera. Lanzada en 2021, y una vez que Lacoste había adquirido en 2017 la participación del 80% en la compañía Major Sports, matriz propietaria de Tecnifibre (fundada en 1971).
Por tanto, la L20 supone el antecedente de la reciente L23, que ha visto la luz también con versión Light.
La nueva L23 diseñada por Tecnifibre en Feucherolles (fabricada en China) ha mejorado terminación y prestaciones respecto a su antecesora. Así, para empezar, pese a tratarse también de una raqueta de grafito de 100 pulgadas de cabeza, la L23 da en báscula 300 gramos (por los 290 de la L20) y ofrece un balance de 32 centímetros (31,5 cm la anterior). Su perfil de marco es de 23 mm/25 mm/23 mm y su rigidez es de 69 ra (resistencia a la flexión), en consonancia con raquetas de alta gama con destino a la competición.


Las variables aplicadas en su geometría y especificaciones inciden en que el nuevo modelo consiga una sensacional alineación entre estabilidad, potencia y comodidad, permitiendo la metáfora de convertirse en un auténtico regalo de equilibrado confort. A esa comodidad a la hora de impactar con la pelota contribuye la optimización practicada sobre el afamado sistema de amortiguación -con elastómero en la empuñadura- ideado por René Lacoste.


Mantiene, la L23, el patrón de encordado abierto de 16 verticales por 19 horizontales, con mayor densidad de cuerdas en el centro de la cabeza que en los laterales, de mayor anchura en los bordes; lo que incrementa el punto dulce de golpeo, el control y la potencia, minimizando los errores.


Y la otra gran mejora la constituye su acabado estético -exquisita terminación del grafito y la pintura- en el corporativo verde de la marca, con las letras en plata para incrementar ese aspecto de sutil elegancia.
Por su parte, la versión ligera L23 Light muestra mayores diferencias, si cabe, con respecto a la precedente L20L, con la que comparte peso de 275 gramos, pero no ya balance, ahora de 33,5 cm, en lugar de los 32,5 cm de la anterior.


La L23 Light luce idéntico sofisticado diseño, patrón de encordado y perfil que su hermana de 300 gramos; si bien, la rigidez se fija en 71 ra, igualmente en línea con productos de alta gama y peso reducido.

Opiniones

Goyo Ybort: “Para mí la L23 es un producto que revive la esencia de Lacoste, pues destila diseño y elegancia a primera vista. Como las últimas generaciones, se trata de raquetas de muy fácil manejo, que procuran confort de juego. Ahora bien, la L23 se distancia claramente de su predecesora, no sólo en acabado y pintura, pues ha perfeccionado el mágico cóctel de potencia, control, equilibrio y comodidad, facilitando la ejecución de efectos y reduciendo el riesgo de error en el golpeo. Y hay un detalle más que no pasa desapercibido: la L23 Light está mucho más cerca de las óptimas prestaciones de la L23, de lo que lo estaba la anterior ligera L20L respecto a su hermana de gama L20. Realmente, me parecen raquetas que endulzan el juego, para alguien de mis características”.

Carlos Mansilla: “La L23 Light me ha parecido una raqueta fenomenal porque su ligereza permite manejarla con soltura y comodidad, por peso y equilibrio; también me pareció muy fiable en el golpeo. Me sentí verdaderamente cómodo con ella. La L23 me costaba algo más moverla -realmente estoy acostumbrado a jugar con menos peso- y poner la bola donde yo quería. En cualquier caso, aprecié que son dos muy buenas raquetas, y muy bien acabadas”.

Ignacio Casquero: “La nueva L23 es una raqueta muy cómoda, que ofrece gran sensación de estabilidad en cada golpeo y con un diseño que, personalmente, me encanta. La L23 Light es una raqueta para jugadores menos exigentes, por su ligereza y maniobrabilidad, pero que conserva potencia, comodidad y buenas sensaciones en cada golpeo”.

Antonio Hernández: “La L23 me pareció una raqueta ligera pero que ayuda, que te permite jugar bien sin muchas exigencias; óptima, especialmente, para juego de fondo muy fiable”.

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