Garbiñe Muguruza: mala programación
A partir de ahí, el camino elegido para la temporada fue disputar todos los grandes torneos, es decir los Grand Slam, los Premier Mandatory y los Premier 5, es decir todos las importantes, los que más puntos dan y de mayor dotación económica. Una apuesta fuerte.
Pero la cita menor de Hobart la ganó. Al inicio de la Gira americana de primavera disputó Florianopolis, y fue finalista. Y en estos dos torneos pequeños sacó la cuarta parte del total de puntos que ahora tiene.
Las 50 primeras jugadores del ranking tienen obligación de jugar los Grand Slam y los Premier Mandatory pero el resto ya es elección de las tenistas. Muguruza optó por olvidar los que le habían dado éxitos y jugar los grandes. Debió darse cuenta a tiempo que, en ese caso, siempre le tocará en primeras rondas con cabezas de serie importantes, y así es difícil sumar puntos con regularidad.
Quizá debió haber cambiado la táctica y volver a torneos donde pudiera lograr victorias más asequibles y por lo tanto, puntos. Hubiera ido rápida a un buen puesto en el ranking y librarse así de enfrentarse a las mejores jugadoras del mundo al primer envite. No lo hizo y pagó las consecuencias y en lugar de ir a las “Top Ten”, donde podría estar ya, se quedó en el puesto 25.
En Miami junto a Carla Suárez probó a jugar dobles y la verdad es que les ha ido bien y se han clasificado para el Torneo de Maestras de Singapur, pero esto es conformarse con muy poco. En mi pueblo los expertos jugadores de cartas dicen: ”jugador de chica, perdedor de mus”. El doble puede servir para entrenar y aprender algunas cosas al lado de una compañera de calidad, pero no convertirse en un refugio que te salve de una mediocre temporada. Hay que jugar a la grande y no a la chica.
Anna Kournikova nunca ganó un torneo porque sus mentores la pusieron, con 15 años, a jugar con las grandes del Circuito Femenino y aunque empezó bien e incluso se metió en unas semifinales de Wimbledon siendo una niña, luego se fue hundiendo poco a poco viendo que nada lograba. Llegaron las dobles faltas por jugar sin confianza y el final prematuro. Mal ejemplo a seguir
Con esto quiero decir, y ya asumo que puedo estar equivocado, que una programación de la temporada más equilibrada podría haber aupado ya a Garbiñe Muguruza a un puesto de honor. Así no lo ha logrado. Puede servir de lección. Ojalá.
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