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Garbiñe lidera el cambio

By on 10 diciembre, 2014

Llevábamos mucho tiempo esperando este momento. Mientras Nadal seguía -y sigue- agrandando su leyenda, Ferrer nos hacía -y hace- caer rendidos a su esfuerzo, Feliciano y Verdasco maquillan unos currículos sobresalientes, Robredo continúa dando lecciones pasando la treintena, Marc y Marcel nos recuerdan que el dobles también existe o Roberto Bautista trae esperanza a los años venideros, mientras todo esto sucedía -y sucede-, el tenis femenino de este país seguía implorando la llegada de una milagro que hiciera frente a la edad de oro del sexo opuesto. La gloria de ‘La Armada’ rendía homenaje a un solo bando, mientras, en el otro esperaban la aparición de una figura que liderara la insurrección. Una explosión que ha acontecido esta temporada sobre los hombros de Garbiñe Muguruza.

La hispano-venezolana ha traído ese soplo de aire fresco que necesitaba el vestuario. No solo a nivel nacional, también mundial. Con tan solo 21 años, la oriunda de Guatire aúna todas las premisas necesarias para marcar época en el circuito. Tiene todos los golpes en su raqueta, aptitudes naturales para cada superficie y una mente, todavía por pulir, que encaja en la de una potencial top-10. Así lo ha demostrado durante este último curso, inclinando a algunas de las mejores del mundo en contraste con algunas derrotas sangrientas a causa de la inexperiencia y la presión de quien espera expectante una revolución. Altibajos que van ligados a un bisoño carnet de identidad de alguien que arrastra en el mismo carro tanta carga de talento como de miedos.

Muguruza wta torneo campeonas

Garbiñe Muguruza en el WTA Champions Tournament

Su caso ha traspasado las barreras individuales hasta chocar con la mismísima RFET, la casa en la que, finalmente, Muguruza convivirá a lo largo del resto de su carrera. La decisión no fue cosa de un día, una sentencia en la que un país se quedaría sin la joya más codiciada de la bisutería. España propuso y Garbiñe dispuso, un relato de amor que acabó con final feliz para nuestros intereses y para los de la propia tenista. Después de mucho tiempo, las chicas de Conchita Martínez parten con semblante serio y con una plantilla sin ningún tipo de complejo, entre las que se encuentra la mejor amiga de la caraqueña fuera de la pista y futura compañera dentro de ella en los Juegos Olímpicos de Río 2016: Carla Suárez.

Ellas son la base del proyecto al que se deben unir las Soler, Arruabarrena o Torró. Dos top-20, con aspiraciones mucho más altas, que sean capaces de mejorarse la una a la otra y que suban el nivel del tenis español femenino. Ya lo dijo David Ferrer: «Gracias a él soy mejor tenista«, refiriéndose a Rafa Nadal. En el bando femenino, Suárez y Muguruza, números 17 y 20 del ranking, compiten ahora entre ellas y para ellas. La rivalidad en la zona noble de la clasificación les hará evolucionar para luego poner el aprendizaje común en la Copa Federación. Ambas son jóvenes, con proyección ilimitada y están resguardadas por dos grandes técnicos como Xavi Budó y Alejo Mancisidor, con lo que el éxito debería ser cuestión de tiempo. Tiempo para que la etapa de Arantxa y Conchita deje paso a la de Carla y Garbiñe.

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