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Alcaraz, la forja de un campeón es el libro documental de Carlos Santos

By on 18 marzo, 2025

Una obra biográfica de base del reconocido entrenador cartagenero

Por Goyo Ybort. Fotos GYB

Arzalia Ediciones ha situado el 11 de marzo en las librerías Alcaraz, la forja de un campeón, la obra del cartagenero Carlos Santos Bosque, que fuera entrenador de Carlos Alcaraz Garfia en sus inicios.

Se trata de una publicación de carácter biográfico de 227 páginas, con imágenes propias y alguna cedida por el periodista Goyo Ybort, que incluye códigos QR para acceder a vídeos de entrenamiento. El proyecto nace en el verano de 2023, cuando un amigo personal del autor le dice que si se ha planteado recopilar su historia como entrenador y Carlos reconoce que le apetecía escribir algo y, dicho y hecho, se puso a redactar sobre los orígenes propios, recorriendo de nuevo todo el camino hasta narrar por qué dejó de entrenar a Alcaraz y cómo ha seguido su vida como entrenador hasta nuestros días.

El autor ha querido recoger en un libro con evidentes tintes biográficos cómo son los mimbres de los que nace un deportista de alta competición y cómo eran y son los métodos de trabajo aplicados.Santos es licenciado y maestro en Educación Física (especialidad en alto rendimiento), graduado en Fisioterapia, técnico especialista en Psicología Aplicada al Tenis por la Real Federación Española de Tenis, y también monitor de tenis y pádel y árbitro nacional de tenis.

Carlos Santos es un entrenador que, cuando Alcaraz inició su proyección internacional como infantil, pertenecía a la Real Sociedad Club de Campo de Murcia, que podríamos decir estaba de moda gracias a los éxitos del propio Alcaraz y de su compañero Pedro Cobacho.

Ejerció de entrenador de Carlitos entre los cinco y los doce años de edad de este, y describe en la obra esa fundamental etapa de desarrollo del deportista y de la persona, contando cómo conoció al jugador, lo entrenó y formó, siendo compañero de viaje en competiciones nacionales e internacionales.

El entrenador de Cartagena logró desarrollar un método propio que experimentó con Alcaraz, haciendo no solo que golpeara la pelota una y otra vez, sino que trabajó la motivación, la adaptación de actividades según el perfil, el respeto a los compañeros, la puntualidad y el esfuerzo total en cada entrenamiento. Y todas sus experiencias como preparador las ha volcado en esta publicación. Santos reconoce que Carlitos tenía algo distinto a los demás: aprendía muy rápido, sus golpes iban a gran velocidad para su edad, siempre pegaba limpio, la colocaba donde quería, era capaz de ejecutar todo lo que le pedías, sabía de dónde iba a venir la bola del rival y, encima, se lo pasaba bien compitiendo. Nunca he visto cosa igual”.

En la primavera de 2015, cuando Alcaraz llamó la atención en el Longines Future Tennis Aces de Paris, torneo concebido como el Roland Garros sub-13 y en el que coincidió con el danés Rune y el francés Cazaux, Santos era su entrenador. Carlitos no accedió a la final por muy poco, pero dejó unas estadísticas realmente llamativas.

Tras el ligero tropiezo en semis con el chino Wang que acabaría campeón, Santos resumió así: He visto a los dieciséis jugadores participantes, los mejores del mundo, y creo que Carlos tiene muchos más recursos; dentro de un mismo punto es capaz de hacer siete golpes diferentes, algo inusual en los demás. Creo que según pasen los años, Carlos va a coger fuerza, va a ganar en cuerpo, y si a lo que ya tenemos ganado le sumamos la fuerza, va a estar ahí. Cuando pase este disgusto, daremos valor a haber terminado entre los cuatro mejores.

Tenemos suerte de que nos vamos midiendo cada año con niños mayores y es una oportunidad de la que no todos disponen, siempre nos comparamos con niños de más edad, lo que nos da más margen para seguir trabajando con él, que hay mucho por hacer”.

Días antes de esa competición en el Campo de Marte, al pie de la torre Eiffel, Santos reconocía en entrevista de nuestro compañero Goyo Ybort aspectos de su libro de estilo que hoy, desde la perspectiva, cobran otro valor.Decía, entonces, el autor de Alcaraz, la forja de un campeón: Un niño es un niño, y eso siempre hemos de tenerlo presente y no olvidarlo, por muy bien que jueguen en edades tempranas. Para mí, la educación y la formación en la escuela es muy importante y creo que tiene que compaginarla con el deporte. El trabajo que hemos hecho con Carlos (Alcaraz) y Pedro (Cobacho) ha sido desde que tenían 4 años. Ellos empezaron en un grupo de cuatro niños, la clase era de una hora y quince minutos, y toda la clase estaba organizada para aprender jugando.

A partir de los 6 años fuimos incorporando a las clases aspectos más técnicos y un día por semana entrenábamos en pista rápida. Desde los 8 años hemos realizado un trabajo de coordinación y se ha empezado a competir a nivel local. Tanto Carlos como Pedro han destacado de forma precoz, y con tan solo 9 años ya han tenido la oportunidad de jugar torneos en el extranjero y hasta el día de hoy que, con sólo 11 y 12 años, ya hemos recorrido varias ciudades de España y de Europa”. Y añadía: Pienso que la dedicación del entrenador es muy importante. Hay que dedicarle muchas horas en pista y fuera de ella.

La cabeza de un buen entrenador siempre tiene que estar alerta y probando cosas, para que los niños siempre estén motivados y disfruten de este deporte tan bonito que es el tenis”. Al respecto de sus principales bases de trabajo, del decálogo propio, el entrenador se centraba en: “Esfuerzo, concentración, constancia, superación, dedicación, sacrificio, perseverancia, formación, disciplina y trabajo continuado”; estableciendo tres pilares básicos: “Confianza, respeto y mucho mucho trabajo. Ordenaba de esta forma las prioridades: “Sin duda, cada vez más, me doy cuenta de que la fuerza mental es la número uno, y después, dependiendo de la edad, puede variar el orden entre fuerza física o calidad técnica. Y, desde su punto de vista, en aquel momento, ante el arquetipo de jugador ideal para ser número uno del mundo, respondía: “Es muy difícil tener un jugador ideal, lo que pienso es que los entrenadores tenemos que ser capaces de sacar el máximo del jugador que tengas delante, potenciar lo mejor que tenga y poder conseguir los mejores resultados para llegar a lo más alto. Para ello es importante que el jugador siempre esté dispuesto a trabajar duro”. Y concluía sobre sus ilusiones de futuro: “Mi ilusión para esta temporada es que todos los jugadores que entreno, a nivel de competición, sean capaces de valorar las oportunidades que están consiguiendo y las puedan aprovechar al máximo. Cada día me siento más orgulloso de todos ellos, por el sacrificio que hacen diariamente (entrenamientos, viajes, etc.), y soy consciente de ello”.

Carlos Santos sigue siendo un apasionado de la enseñanza del tenis, de la educación física de los jóvenes, de la competición y el alto rendimiento desde hace casi dos décadas, y ha sabido plasmar en el libro su método de entrenamiento, a raíz de todo lo aprendido en teoría y práctica, que fue, y sigue siendo, auténtica base para varios jugadores, estando entre ellos el más precoz y sobresaliente a nivel mundial, a quien el autor dedica su cubierta.

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