A 60 días de la 60ª Copa Sevilla
- Se prepara uno de los históricos torneos del Challenger Tour desde 1991
Texto y fotos: Goyo Ybort
Ya luce el albero del Real Club de Tenis Betis (1929) que alberga uno de los más exclusivos eventos del ATP Challenger Tour en España y en el mundo.
La sexagésima edición de la Copa Sevilla contagiará del mejor tenis internacional de proyección dentro de 60 días.
Del 3 al 10 de septiembre, el único torneo del mundo que se juega sobre la denominada -por la ATP- tierra amarilla cumplirá ese significativo aniversario número 60.
La Copa Sevilla nació en 1963, para integrarse en el Challenger Tour en 1991, dentro del cual cumplirá 32ª edición el próximo septiembre.
Esta diferenciadora competición del R.C.T. Betis ya fue galardonada, a finales de 2015, junto a otros ocho torneos, por sus consecutivos 25 años dentro del ATP Challenger Tour. Esos eventos eran los de Aptos y Winnetka (Estados Unidos) y San Luis Potosí (México), en América; y los europeos de Cherbourg (Francia), Estambul (Turquía), Furth (Alemania), Tampere (Finlandia) y El Espinar (Segovia).
En la actualidad, de aquellos nueve torneos de mayor historia sólo seis se mantienen fijos en el calendario Challenger, debiéndose añadir en la última década el de Heilbronn (Alemania, 1988), que ha cumplido 35ª edición en junio y que fue elegido mejor torneo en 2017, 2018 y 2019.
La historia se cimenta en la tierra de San Luis Potosí, creado en 1980 (tercer año de vida del ATP Challenger Tour), y en la de Tampere (1982). Cherbourg (1987) y su pista dura indoor también ha cumplido 35º aniversario este año.
Igualmente, a finales de los 80 se adentró en el Tour otro torneo con magia, Pozoblanco (Córdoba, 1988), que alcanza en julio su 22ª edición como Challenger; curiosamente, coincidiendo en fechas con Tampere.
En esta temporada número 46ª de existencia del ATP Challenger Tour, en la que apenas hay una decena de acontecimientos en el mundo de la máxima categoría (175), sólo existen 30 eventos en el planeta (21 en Europa) de categoría 125; esto es, la segunda más preciada. Y entre los históricos, tan sólo el evento alemán de Heilbronn y el de Sevilla se encuentran en esa distinguida clase.
Ser un ATP Challenger 125, como la Copa Sevilla 2023, supone un reparto de premios de 145.000 euros (19.650 para el campeón) y la consecución de 125 puntos ATP para el triunfador y 75 para el finalista. Sumar 125 puntos le supone a un jugador (por ejemplo, al cierre de este artículo) pasar en la clasificación ATP del puesto 100º al 81º, o del 80º al 53º.
Pero, además de los puntos, los premios, la superficie o el exclusivo trofeo ‘giraldillo’, el torneo sevillano guarda encantos propios de la ciudad y del club sede; lo que multiplica su atracción en el contexto mundial.
Desde su instauración en 1963, en la Copa Sevilla se han producido victorias de 45 jugadores originarios de quince naciones de cuatro continentes (22 foráneos): Colombia (4), Alemania (3), Argentina (3), Australia (2), Austria, Bélgica, Canadá, Chile, Dinamarca, Francia, Italia, Noruega, Perú, Portugal, y, claro está, de España.
En los treinta y un años dentro del ATP Challenger Tour, sobre el albero del Real Club de Tenis Betis se han dado 17 triunfos de tenistas españoles y 3 victorias de alemanes (2 de Dirk Dier), 2 de argentinos y 1 de jugadores procedentes de Austria, Bélgica, Canadá, Colombia, Francia, Italia, Noruega, Perú y Portugal.
De los anfitriones, podríamos destacar los tres títulos de Pedro Osete en 1976, 1980 y 1982, y los del castellonense Dani Gimeno Traver, de manera consecutiva, en 2011, 2012 y 2013, y uno más como entrenador de Pedro Martínez en 2021.
Los éxitos de renombrados andaluces parten de la cuarta edición con Manolo Orantes, en 1966, llegando a Alejandro Davidovich en 2019 y al vigente campeón, Roberto Carballés (2022).
Hay otras actuaciones en Sevilla que también merecen ser recordadas, como aquella wild card de 2001 que la organización concedió a Rafa Nadal y el balear logró (a los 15 años) su primer punto ATP en este torneo. O los espléndidos primeros cuartos de final Challenger del cadete Carlos Alcaraz, con 16 años y en un memorable partido de madrugada en 2019. Y, por supuesto, las tempraneras victorias de Casper Ruud y Félix Auger-Aliassime a sus 17 años en 2016 y 2017, respectivamente.
También se deleitaron y evolucionaron sobre el albero sevillano, Santana, Courier, Larsson, Rafter, Davydenko, Puerta, Corretja, Berasategui, Moyá, A. Costa, Mantilla, Ferrer, Verdasco, Almagro y Bautista; triunfando aquí Couder, Velasco, Roig, Martín, Robredo, Riba, Ramos o Carreño (2014).
Y la Copa Sevilla siempre deja un sabor especial, como competición distintiva.
Así lo ratifica, en estos días, el campeón de la tercera edición, la de 1965, el madrileño -acreditado jugador, profesor y entrenador- Antonio Martínez: “En aquella época jugábamos todos por afición y eran como campeonatos de amigos, aunque peleáramos a muerte; pero no había dinero. Sevilla es una ciudad encantadora y el torneo es muy bonito. Fijaos si me gustó el torneo y el albero, que gané (se ríe)”.
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